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El auge de la arquitectura verde, sostenible, de alta eficiencia o de consumo de energía casi nulo, implica desde hace años el establecimiento de pautas, criterios o requisitos específicos que permitan medir su impacto medioambiental y sobre la salud humana. En función del tipo de edificio y del ámbito de actuación, los requisitos exigidos se enmarcan en forma de sellos o certificaciones ambientales con diferentes enfoques y objetivos a lo largo de las distintas fases de un proyecto de construcción y ocupación de los edificios.
Las certificaciones energéticas y de sostenibilidad más iniciales, priorizan la reducción de los impactos ambientales negativos a través del uso de materiales de construcción sostenibles y de bajo impacto medioambiental, reducción de la contaminación, ahorro y eficiencia de agua y energía, etc. Son certificaciones que derivan en la reducción de costes energéticos, ambientales, sociales y económicos vinculados de forma directa o indirecta con el medio ambiente.
Paralelamente, y de forma muy simplificada, están los sellos y certificaciones centradas en valorar el impacto de los edificios sobre la salud y bienestar de sus ocupantes, donde, de hecho, la monitorización de la calidad del aire interior es uno de los criterios clave, por su importancia en el bienestar y productividad de las personas trabajadoras. Estas certificaciones aportan la orientación necesaria para mejorar las condiciones constructivas y de funcionamiento de los edificios, desde una perspectiva integral.
El enfoque holístico es entonces clave para analizar los impactos sobre la salud humana. Y la certificación WELL (WELL Building Standard) es un claro ejemplo. WELL es una certificación centrada en la salud y confort de las personas usuarias, basada en el rendimiento y no tanto en la prescripción. Trabaja desde 10 conceptos clave que aportan conocimiento y métricas suficientes bajo un trabajo de certificación holístico e integral - aire, agua, alimentación, iluminación, movimiento, confort térmico, sonido, materiales, mente y comunidad.
WELL tiene como objetivo transformar nuestro entorno construido a través del enfoque en la salud y el bienestar, como centro de todas las decisiones de diseño, construcción y mantenimiento de los edificios.
En ese sentido, la certificación WELL puede ayudar a las empresas a:
La calidad del aire interior es clave en WELL y uno de los conceptos más importantes, motivo que ha llevado a la colaboración entre inBiot y el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG) - Partner del International Well Building Institute (IWBI) en España - para el desarrollo de MICA WELL. Este dispositivo monitoriza en tiempo real temperatura interior, humedad relativa, concentración de CO2, formaldehído, COVT (compuestos orgánicos volátiles totales), partículas en suspensión PM2.5 y PM10, ozono y monóxido de carbono.
Entre todos los conceptos que WELL trabaja, la monitorización de la calidad del aire interior gracias a MICA WELL permite justificar los siguientes conceptos (precondition) del estándar, junto a la obtención de puntos voluntarios adicionales (optimization) que permiten alcanzar una mejor puntuación global en la certificación:
La monitorización de la calidad del aire interior es, no sólo una herramienta clave para la mejora del bienestar y confort de las personas en los entornos construidos, sino también una estrategia para alcanzar altos estándares de construcción, gracias a certificaciones ambientales como la certificación WELL.
MICA WELL te ayudará a obtener tu certificación y aumentar el valor de tu edificio, al mismo tiempo que garantizas una adecuada calidad del aire para la salud de quienes lo ocupan. Más información en WELL SERVICES ITG.