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Son muchas las horas que pasamos en los centros de trabajo. Cuando la calidad del aire en las oficinas no es el apropiado, el rendimiento laboral se resiente. Es determinante en el confort, bienestar y, por tanto, productividad de trabajadores y usuarios.
El presente caso práctico recoge la monitorización de la calidad del aire interior en un edificio de oficinas durante cuatro semanas de invierno. El objetivo del proyecto era la propuesta de mejora, principalmente en relación con la humedad relativa baja.
Se detecta una caída progresiva en la humedad relativa interior, causa directa de disconfort por su contribución a la irritación y sequedad de las mucosas respiratorias y oculares y a una mayor proliferación de polvo en suspensión.
A partir de los datos obtenidos con la monitorización, se analiza la evolución de una semana tipo en cada uno de los parámetros. Además, teniendo en cuenta únicamente los períodos de ocupación del espacio, se calcula el porcentaje de tiempo en el que los trabajadores y usuarios del edificio estuvieron en rangos de confort.
De estos resultados, sacamos las siguientes conclusiones:
La alta temperatura y la baja humedad relativa, son síntomas claros de una inadecuada regulación del sistema de climatización, que requiere de acciones claras e inmediatas:
La baja humedad relativa (<40%) en espacios interiores favorece el polvo en suspensión, con la consecuente afección para la salud y confort de quien trabaja en estos espacios. A partir de calcular la humedad específica se prescribe la integración de humidificadores evaporativos portátiles con alta capacidad evaporativa (1,4 – 2 l/h), filtro de polvo y control de humedad relativa máxima.
Al mismo tiempo, se apuesta por la fitorremediación como acción secundaria para la mejora del ambiente en el espacio interior. Las plantas de interior tienen la capacidad de regular la humedad ambiental por el efecto de la evaporación, disminuyendo los efectos fisiológicos derivados de una baja humedad relativa. Las plantas utilizan aproximadamente un 5 % de la luz para hacer la fotosíntesis. Cerca de un 60 % de la luz que llega a la planta se convierte en calor y debe evacuarse. Esto lo hace mayoritariamente a través del proceso de la evaporación.
Se recomiendan plantas que resistan adecuadamente en interiores con baja humedad relativa como la sanseviera trifasciata, la beaucarnea, aspidistras, clivias, phoenix, potos, crasas, o cactus, según exposición e iluminación natural disponible.
Por último, se ajustan las recomendaciones sobre el protocolo de limpieza para evitar una mayor afección por el polvo en suspensión:
Gracias a la monitorización durante un periodo continuado de tiempo hemos podido detectar las causas de la baja humedad relativa en el ambiente y realizar el adecuado dimensionamiento de las soluciones a implantar. Estas permitirán mejorar el rendimiento y bienestar de los trabajadores de manera significativa.