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Una vivienda de alta eficiencia asegura una demanda energética mínima, pero ¿estará la calidad del aire igualmente garantizada? Salud e innovación van de la mano, igual que deben ir eficiencia energética y ambiente interior saludable.
En este primer case study, presentamos un ejemplo donde gracias a la monitorización de la calidad del aire interior se detectó una concentración de contaminantes significativa para un espacio saludable. Y gracias a ello, se dieron pautas para su mejora. Porque lo que no se mide no se puede mejorar.
Tras varias semanas de monitorización, se detectan de manera continuada altos niveles de formaldehído en el interior de la vivienda, con picos que alcanzan los 1.000 µg/m3 y una media diaria por encima de 150 µg/m3. Los valores recomendados por la OMS no deberían superar los 100 µg/m3, y de acuerdo a la norma técnica de medición en baubiologie SBM2015 para zonas de descanso, valores por encima de 100 µg/m3 son ya extremadamente significativos.
A pesar de disponer de un sistema de ventilación mecánica de doble flujo con recuperador de calor, éste no es capaz de reducir los picos de formaldehído, mientras que la ventilación manual con ventanas sí. La concentración de CO₂ se mantiene en niveles de confort el 65% del tiempo.
Como complemento a la monitorización a través del dispositivo MICA, se realizan tomas de muestras para su análisis en laboratorio que complementen la información monitorizada. Muestras tanto de formaldehído, como de screening de COVs.
A partir de esta información se confirman las concentraciones significativas tanto de formaldehído como de compuestos orgánicos volátiles específicos: acetato de etilo o ciclohexano, compuestos irritantes y neurotóxicos, empleadas principalmente como adhesivos.
La reacción cruzada del sensor electroquímico de formaldehído con otros compuestos implica la presencia de otros compuestos en el aire interior. En este caso, el elevado peso molecular en relación con el aire interior de los COVs detectados, reflejan un déficit en el funcionamiento del sistema de ventilación.
Las bocas de impulsión y extracción del sistema de ventilación están ubicadas en techo, mientras que el dispositivo de monitorización estaba colocado a una altura no superior a 40 cm. De esta manera, los datos obtenidos en el estudio nos indican que la renovación de aire no estaba siendo efectiva para una renovación completa de la totalidad del volumen, limitándose al estrato superior del aire de las estancias.
En este sentido, una ventilación manual con ventanas de manera puntual sí que resultaba efectiva al realizar un barrido del total del volumen de aire de la estancia, eliminando los compuestos de mayor peso molecular.
La adecuada calidad del aire interior tiene mucho que ver con la adecuada renovación de aire, con cómo ventilamos los espacios en los que vivimos y trabajamos. Y en esto, los sistemas de ventilación mecánica (preferiblemente de doble flujo y con recuperador de calor, por una cuestión de eficiencia energética) son una gran herramienta para garantizar la tasa mínima requerida. Eso sí, como cualquier otro sistema, no está exento de requerir un diseño específico y una adecuada regulación.