Productos
Mediante este post recogemos algunos consejos para prevenir y reducir el contagio por COVID-19 en espacios interiores. Recomendaciones para aplicar no solo durante el confinamiento en casa, sino especialmente dentro de unas semanas cuando, si todo va bien, volvamos a nuestro espacio de trabajo habitual.
La primera reflexión: el tamaño de este virus (como el de muchos otros), es de entre 0,07 a 0,16 µm; del orden de 70 u 80 veces más pequeño que un filtro F8 o F9 de ventilación. Sin embargo, el coronavirus generalmente viaja en los llamados bioaerosoles, pequeñas partículas en suspensión de origen microbiano, vegetal o animal que pueden propagarse por el aire o quedarse depositados sobre una superficie.
Evitar el contagio por contacto directo: Esto lo hemos escuchado muchas veces. Evitar contacto directo con personas que no formen parte de nuestro confinamiento. Tratar de no tocar superficies que hayan podido estar expuestas al COVID-19 y lavarse las manos con frecuencia, evitando siempre tocarse los ojos o la boca.
Evitar el contagio por el aire: Esto es más complicado. Bien sea al hablar, toser, estornudar o, incluso respirar, se generan las gotitas de agua que, en caso de estar infectado, pueden contener el virus. Las gotas de mayor tamaño (>10 µm) no llegan más allá de los 1 o 2 metros, de modo que una distancia de seguridad es suficiente.
El problema es que las gotas por debajo de los 5 µm son más ligeras y quedan suspendidas en el aire, moviéndose con los torbellinos y las corrientes que se forman en el interior del espacio. Si bien no existe una evidencia científica al respecto, la lógica nos dice que este también puede ser un método de transmisión y conviene tomar medidas. ¿Cuáles? Una buena ventilación (muy prioritaria en estos tiempos) y mascarilla. Existe mucha controversia en torno a la mascarilla, pero la comparativa de la evolución de personas afectadas entre la República Checa y Portugal (con igual población y fecha del primer muerto por COVID-19) parece refrendar el efecto positivo de este método preventivo (Portugal duplica actualmente el número de afectados en la República Checa).
Según la nota informativa de REHVA, el COVID-19 es muy resistente a un amplio rango de temperaturas y humedades, lo que lo hace más peligroso que otros virus. Puede soportar 14 días a 4°C (así que cuidado con los refrigerados), un día a 37°C y 30 minutos a 56°C.
En nuestro rango de confort de 20-25°C y 40-60% de humedad relativa el virus es muy estable y solo presenta debilidad con humedades por encima del 80%. Hay estudios que afirman que una baja humedad relativa (por debajo del 40%) favorece su propagación por el aire y disminuye la resistencia de nuestro sistema inmunitario, de modo que mantener un ambiente bien humidificado siempre reducirá las consecuencias de un posible contagio.
- Sistemas de ventilación mecánica:
Como ya se ha dicho, los filtros no pueden retener el virus (dado su tamaño), pero sí pueden reducir el número de gotitas en suspensión con carga de virus. Generalmente la fuente de emisión se va a encontrar dentro del edificio, así que conviene tener en cuenta varias cuestiones:
Es conveniente fomentar una ventilación cruzada que garantice el barrido completo de todo el volumen de aire interior. Para más información puede consultar experiencias de monitorización previas en nuestra sección de Casos Reales.
- Sistemas de climatización:
Todos los sistemas de climatización que presenten recirculación de aire pueden acumular carga biológica en las baterías de intercambio. Deben evitarse en la medida de lo posible y pensar en un tratamiento adecuado para eliminar esta carga. Es muy recomendable mantener estos sistemas por encima de los 60°C durante al menos una hora y limpiar con productos que desinfecten de manera conveniente.
-Purificadores:
Los filtros (incluso tipo HEPA) no van a poder eliminar el virus pero, como ya se ha comentado, pueden disminuir la carga de virus en el ambiente gracias a la retención de partículas.
Existen indicios que, si bien no tienen una evidencia científica, permiten pensar que los sistemas de tratamiento con radiación UV eliminan o al menos reducen la actividad del virus.
- Baños:
Es muy importante mantener cebados los sifones de los desagües y mantener la tapa del baño cerrada antes de tirar de la cadena. De lo contrario, a partir de las aguas fecales se generan pequeñas gotitas en suspensión que pueden propagar el virus. Por supuesto, lavarse las manos y asegurar una buena ventilación.
Dado que actualmente no existe una vacuna ni remedio infalible para evitar esta enfermedad, la mejor manera de prevenir el coronavirus es no exponerse al mismo. Quedarnos en casa es la mejor manera de evitar la propagación pero, como hemos visto, también existen riesgos de contagio en espacios interiores. Por ello conviene tener en cuenta estas medidas de precaución, tanto en nuestros hogares como en nuestros espacios de trabajo.